El futuro incierto de Rochela en el Dépor
El central canterano afronta su última temporada sin un rol claro en el primer equipo
Rochela, la perla de Abegondo, el jugador de la cantera del Deportivo más
laureado de las últimas temporadas gracias a aquel Europeo sub-17 y al
subcampeonato mundial, no tiene quien le escriba. Debutó en la élite con
19 años y sumó 462 minutos en Primera entre las temporadas 2009-2010 y
2010-2011, pero en Segunda, cuando todos pensaban que ganaría en
presencia, se convirtió en el cuarto central de la plantilla, a la
sombra de Colotto, Zé Castro, Aythami y, en ocasiones, de Borja, quien
actuó en su posición en más de una ocasión. Su concurso en Liga se
limitó a dos partidos completos (a domicilio contra el Almería y el
último trámite contra el Villarreal B) y los quince minutos finales
contra el Guadalajara en casa, cuando el Dépor ya goleaba con comodidad.
Hasta tal punto su aportación se tornó testimonial, que deja en
entredicho su rol con el primer equipo e incluso su futuro profesional.
Con 22 años, sin apenas experiencia en la élite y
en la temporada final de su contrato, que expira el 30 de junio del
2013, Rochela se encuentra ante su particular ruleta rusa: a todo o
nada. Es cierto que, pese a los buenos augurios y a su dorado palmarés,
el reloj parece haber corrido siempre en su contra. Se destacó como
pieza irreemplazable en la selección de los Fran Mérida, Bojan, Iago
Falque, Camacho o Diego Mariño, pero en cuanto dio el salto al Fabril
comenzaron las dudas. Decían que no era ni alto (apenas alcanza los 180
centímetros), ni rápido (al estilo Cannavaro o Ayala) para ser defensa,
así que comenzaron a probarlo como centrocampista por delante de la
defensa. En esta posición jugó contra la Real Sociedad en el 2010, pero
fue sustituido a la hora de juego y el Dépor cayó por 3-0. José Luis
Devesa, su entrenador en edad juvenil que acaba de llegar al banquillo
del filial, argumentaba en una entrevista a La Voz: «No sé cómo será de
mediocentro, lo que está claro es que Rochela es un gran central».
No parece creerlo así Oltra, quien la pasada
pretemporada aseguraba contar con el jugador «como uno más» y pocos
meses después, en noviembre, contestaba así a las preguntas sobre la
repetida ausencia del jugador en las convocatorias: «¿Para qué voy a
llevarlo? ¿Para que luego no juegue?». Tranquilo y pausado, dotado desde
sus años en la base de un carácter más maduro que el propio de su edad,
el futbolista siempre se ha manifestado respetuoso con las decisiones
del entrenador valenciano. Así se explicaba a finales de abril, en los
días previos a jugar contra el Almería por las lesiones de Zé Castro y
Aythami. «Hay que tener la cabeza fría. No voy a demostrar nada tanto si
sale muy bien, como si sale mal. No hay nada que demostrar, el
entrenador sabe lo que puedo hacer», dijo.
Ahora, en plenas conversaciones por la renovación
de Colotto y mientras se buscan refuerzos para prácticamente todas las
posiciones del equipo, Rochela espera desde la incertidumbre.